Telefónica crea una nueva empresa del grupo que está valorada según muchos inversores en más de 5000 millones de euros llamada Telxius y que incluirá varios activos de infraestructuras agrupados que incluirán aproximadamente unas 15.000 torres de telecomunicaciones de Telefónica en España y otros países, así como la red internacional de 31.000 km de fibra óptica submarina del grupo, incluido el SAM-1, un cable submarino que conecta Estados Unidos con Centro y Sudamérica.
Telxius permitirá una gestión de sus infraestructuras a nivel global, mucho más especializada y focalizada en el sector, con el objetivo de incrementar los servicios prestados a otros operadores (¿con que limites?) y mejorar la rentabilidad sobre el capital empleado y poder participar de manera más activa en las oportunidades de crecimiento existentes en el sector, incluyendo la posibilidad de incorporar activos de terceros.
Es una realidad que Telefónica tiene una red de fibra óptica de alta capacidad que conecta más de 40 países en Europa y América, incluido Estados Unidos. Se trata de una red internacional Tier-1 que transporta más de 4,5 Tbps de tráfico al año y por lo tanto separar los activos se enmarca dentro de la estrategia de optimización de la cartera de activos del grupo.
Personalmente creo que algún día las operadoras compartirán sus infraestructuras optimizando mucho más sus inversiones para centrarse menos en ser el operador con mayor cobertura y más en apostar por tener la mejor oferta y dedicar sus esfuerzos en temas de investigación y desarrollo lanzando novedosos productos que hagan que los usuarios les elijan. ¡Ya no solo dependerá de la cobertura!
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