A día de hoy el 60% de la batería consumida por un móvil se debe al uso del WIFI que según la banda empleada puede consumir más batería, y todo ello aumenta si estamos en una zona de interferencias de diferentes conexiones WIFI que cada día es más frecuente. El Wifi pasivo podría ser una tecnología que lo solucione y que llegue a los móviles al Internet de las cosas en los próximos 3 años según el MIT.
Incluso los dispositivos conectados a Internet más pequeños normalmente necesitan una batería o un cable de alimentación lo que limita su funcionamiento o disponibilidad. Los investigadores de la Universidad de Washington (MIT) que desarrollaron la técnica han demostrado sensores de temperatura y movimiento conectados a Internet, e incluso una cámara, alimentada de esa manera sin el consumo habitual y que podría construirse por menos de 1€.
La transferencia de energía inalámbrica no es un nuevo truco. Pero conseguir un dispositivo sin una fuente de energía convencional para comunicarse es más difícil, porque la generación de señales de radio es muy intensiva en energía y las ondas de radio recolectadas por la radio, la televisión y otras tecnologías de telecomunicaciones contienen poca energía. ¿Como el NFC?
Shyamnath Gollakota y su colega Joshua Smith han demostrado que las débiles señales de radio de hecho pueden proporcionar todas las necesidades de un gadget de Internet, utilizando un principio llamado retrodispersión. En lugar de generar señales originales, uno de sus dispositivos refleja selectivamente ondas de radio entrantes para construir una nueva señal, un poco como un caminante herido que envía un mensaje SOS usando el sol y un espejo. Un gadget que utiliza la técnica absorbe algo de energía de la señal que está modificando para alimentar sus propios circuitos.
Pero ¿Es esto algo del todo nuevo? En realidad NO, los chips RFID para las tarjetas inteligentes sin contacto utilizadas en el transporte o por las tarjetas bancarias también dependen de la retrodifusión, pero requieren dispositivos lectores especializados y pueden comunicarse sólo a unas pocas pulgadas porque las señales reflejadas son débiles y el lector mismo presenta interferencia.
¿Hay limites? Pues sin duda es la distancia el problema REAL por lo que puede que su implantación no llegue a realizarse en mi opinión si no mejoraran la tecnología. Aun así una versión de la tecnología de la Universidad de Washington, llamada Wi-Fi pasivo, se está comercializando a través de una empresa spin-off, Jeeva Wireless y permite que los gadgets sin batería se conecten con dispositivos convencionales como computadoras y teléfonos inteligentes mediante la retrodispersión de señales Wi-Fi logrando transmitir datos hasta 30 metros a través de las paredes.
Desgraciadamente no todo son buenas noticias y como toda nueva tecnología se necesita seguir trabajando: Hacerlo requiere que se altere el software de un punto de acceso Wi-Fi para generar una señal extra para los dispositivos Wi-Fi pasivos, lo que aumenta ligeramente su consumo de energía.
Smith dice que el Wi-Fi pasivo consume sólo 1 / 10,000 de potencia tanto como los chipsets Wi-Fi existentes, es decir que utiliza una milésima de potencia como los estándares de comunicaciones Bluetooth LE y ZigBee utilizados por algunos dispositivos pequeños conectados y tiene un rango más largo de alcance. Un dispositivo que usa Wi-Fi pasivo para comunicarse -por ejemplo, una cámara de seguridad- podría alimentar sus otros circuitos utilizando la energía recolectada de las señales Wi-Fi que está retrodispersando o alimentándose de otras señales tales como emisiones de televisión y radio.
En todo caso esperemos que poco a poco avancen también las tecnologías en el mundo de las baterías de móviles lo cual permita mejorar la autonomía que uno se harta de tener que cargar a diario los móviles. El avance en esta tecnología en particular podría ser vital para el Internet de las cosas.
